jueves, 29 de septiembre de 2011

Callate, tapate los oidos fuerte fuerte fuerte muy fuerte ¿Oyes lo mucho que te quiero?

Y entonces yo les comento que vos derrochas dulzura, y ese rasgo en tu hermosura produce una envidia sana. Imagínate si cuento lo que hacemos en la cama… Me enloquece tu mirada, me atropello con tus labios, y entre salivas resbala el mensaje de los sabios. Tus ojos entrecerrados parecen mirar lo eterno, rodando desaforados burlamos noches de invierno. En este juego convexo tu espalda eclipsa mi ombligo, tu sexo para mi sexo el más milagroso abrigo. Tu espalda contra mi pecho, tus pechos en el espejo que reflejan en el techo pecaminosos reflejos.

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